Aventura de cornudo (ePub)

Al y Joyce habían comprado un condominio de tres pisos en la ciudad. Como toda la unidad necesitaba una renovación, funcionó bien para Al, ya que al ser un fanático de la seguridad, tenía que tener todos los cuartos cableados para el sonido y el video. Lo tenía conectado a una gran computadora de escritorio que le permitía al operador acercar o alejar la imagen y cambiar los ángulos ya que había varias unidades operando en cada habitación. Trabajaba para una gran lechería que permitía a sus ejecutivos utilizar el personal y los vehículos de la compañía para moverse localmente. Al dejó el manejo de eso al gerente de la planta. El día de la mudanza transcurrió sin problemas ya que el gerente había enviado a Big John para que lo supervisara. John medía 1,80 m y pesaba 265 kg. Parecía ser todo músculo. Cuando llegó a casa, Joyce todavía estaba desempacando cajas. Le dijo a Al que le iba a tomar un mes para que todo estuviera bien guardado. Durante la cena bromeó sobre el gran John, lo amistoso que era el hecho de que siempre parecía estar cerca de ella si necesitaba que algo se moviera. Al bromeó con ella "quizás él consiguió lo mejor para ti". Mirando a Al directamente a los ojos ella sonrió y respondió "él podría hacer que una chica le crezca los jeans con su sonrisa". Durante las tres semanas siguientes, Al le mostró a Joyce cómo utilizar el sistema tanto en el ordenador como a distancia. El miércoles por la tarde salió de su oficina, una vez en el coche y en el camino llamó a Joyce. El teléfono sonó cuatro veces antes de que ella respondiera. "Hola nena, estoy en camino, ¿cómo estuvo tu día?" Después de una ligera pausa, escuchó la voz de Joyce que tenía un indicio de que había tomado unas cuantas copas de vino.