Nuevos nombres: Amaranto y ámbar (PDF)

Amaranto y ámbar es el testimonio. Es el matrimonio inseparable entre
la verdad y el dolor. Es el deber de un sentir romántico y una razón de términos
absolutos que lo ubican en la misión de la entrega sin esperar retribución.
Prosa pura y procesada por los años que, entre pensamientos y preguntas sin
respuesta, deja en el papel el olor de la dicha y la más profunda tristeza. ¿Por
qué? Quizás porque para escribir y amar se necesita dejar nacer el alma y
regalarla en miles de fragmentos.
Esta obra insiste en recordar el mundo como un documento del sentir
convencido del amante. Es una recopilación de los mejores dolores, de las
mejores ofrendas, de las grandes utopías y de las merecidas gracias para todos
los momentos de felicidad compartida.
Esta vez las dudas superan a las certezas y sin embargo no amaina en el
corazón desbordado por los intentos. Amaranto y ámbar es un manual para
la sobrevivencia afectiva. Cualquiera que sueñe con el amor como premisa y signo
debe asomarse a este mundo aromatizado por las flores del olvido y la dulce miel
de los placeres repartidos.
El autor destaca el cinismo para describir los hechos dramáticos. Es su
reclamo o su protesta contra las barbaridades cometidas contra la fe en el amor
y la esperanza del hombre.
Las historias que narra son las doctrinas que aceptaron un silencio para
sobrevivir a su destino. Materializa cada sentimiento de forma ejemplar y
mágica. Conjuga sus palabras con figuras sensibles a cualquier corazón
enamorado. Sin embargo, esta obra no puede vivirse de forma ligera porque es
irrepetible, y además profundamente humana. En ella se percibe lo tortuoso de
insistir en el oficio divino del sacrifico, tan sólo por el gusto de ofrecerse
sin premisas ni contratos.
Las primeras páginas se sitúan en el camino a un abismo de abandonos y
despedidas. Desde allí, como un acto milagroso, surge para arremeter contra la
conquista de un territorio de afectos purificados.
Se cura, se entrena y cumple con su labor masoquista e infame de inmolarse en
su acostumbrado crisol de imposibles. Este hombre es un amante convencido y un
escritor excepcional.
Sus narraciones hablan de lugares personales y pasean a través del tiempo en
un viaje de hechos reales y místicos. Es el trasegar por la historia de su
historia. Éste es un recorrido de emociones, verdades y pensamientos con rostros
de mujer que en cada texto forman el museo de su vida.
Entre las manos del lector queda el ámbar inmortal de estas páginas
magistrales de prosas inmejorables. Tienen, en cada frase, un amaranto bellísimo
para colocar en el jarrón de las esperanzas.
En esta obra llegan las dudas y las flaquezas escondidas. Mientras se lee
puede amarse mejor. Se puede identificar la víctima y el verdugo. Las acciones y
las razones. Se sabe el porqué de las causas que nunca se comprendieron.
Alimenta los anhelos. Siente la alegría de quien tiene la voz de las canciones.
Regala los gritos sepultados en el fondo de la juventud.
Amaranto y ámbar es la pareja eterna. Es el símbolo de cualquier amor
y el testimonio monumental de los fracasos y sus glorias. Es arte y flor. El
libro es un conjunto de piezas de constante acople. Las páginas entregan
caricias y besos hurtados a los inescrutables veredictos del destino. La
tranquilidad y alegría de esta obra reconforta los instantes de la cordura, por
su dolor y su humor.